
Refugio en Ares
M. y A. vieron en esta vivienda una doble oportunidad, una vivienda cerca del mar para disfrutar con su hija y a la vez estar cerca de su familia.
Muy luminosa y con el tamaño perfecto, pero con un hándicap con respecto a la cocina-salón; se compartimentaba con un tabique divisorio que no permitía la comunicación entre ambas estancias y aislaba la cocina.
Se ha realizado una pequeña reforma que ha cambiado totalmente el espacio, con la demolición del tabique y el tapiado de la puerta del pasillo se ha conseguido unificar los espacios y dar más amplitud a la cocina, permitiendo la entrada de luz natural desde el salón.
Los materiales neutros y cálidos aportan calma y armonía: laminado Blanco en puertas con detalles en madera natural de roble en el mueble visto y en la balda decorativa y un tirador negro que aporta personalidad.
Hemos integrado lavadora, lavavajillas, termo y nevera para proporcionar un estilo minimalista y uniforme, además de armonía visual.